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En estos días en los que estamos viendo como el precio de la luz va subiendo día tras día alcanzando máximos históricos, ante la incapacidad de los gobiernos de establecer unos sistemas regulatorios favorables que beneficien a los consumidores finales, muchos han puesto su mirada en el autoconsumo de energía para reducir la factura de la luz.
Si bien es cierto que la instalación de por ejemplo placas solares supone una reducción del coste en la factura de la luz, también lo es, que como en la mayoría de ocasiones, no es oro todo lo que reluce y las inversiones en estos sistemas de energía alternativa son costosos y deben entenderse como una inversión a futuro.
Como toda inversión, es imprescindible conocer del alcance de los gastos que la instalación de dichos sistemas supone.
Hoy nos centraremos, en esa parte de la factura final que no se puede negociar con el instalador del sistema y que no es otra que el Impuesto Sobre El Valor Añadido (I.V.A.). Como todos sabemos, pues forma parte del día a día de todos, las compras y adquisiciones de los bienes y servicios vienen grabada con este impuesto que aumenta considerablemente la factura final que como consumidores tenemos que abonar.
Recientemente, la Dirección General de Tributos, en consulta vinculante de 9 de julio de 2021 (Consulta DGT V2068-21), ha resuelto la cuestión sobre en qué supuesto cabe aplicar el I.V.A. reducido del 10% frente al I.V.A. normal del 21%.
Así pues, en aquellos casos en que las obras de reparación y renovación cuya aportación de materiales no supere el límite del 40% del coste de la obra, podrá aplicarse el tipo reducido del impuesto del 10%, en caso contrario se aplicará el tipo impositivo general del 21%.
Siendo una diferencia en el precio final de 11 puntos porcentuales, parece más que evidente, que conviene hacer un análisis previo de las obras a acometer para poder acogerse a este tipo reducido.
Y aunque el objetivo principal es ayudar entre todos a la conservación del medio ambiente, si lo podemos hacer con la mayor carga económica para nuestros bolsillos, la reforma será doblemente beneficiosa.